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El estrés post-traumático en el ámbito laboral

  • Lic. Delfini Florencia Ailín
  • 17 sept 2017
  • 2 Min. de lectura

Toda persona que sufre un accidente grave

presenta una breve alteración de conciencia tales como: estupor,

sorpresa, incredulidad, dando lugar a un Estrés Agudo y, en algunos casos, a un Trastorno de Estrés Post Traumático (TEPT), que puede surgir después de meses o años, con apariciones repentinas del recuerdo traumático con auto recriminaciones, alteraciones del humor, impulsividad, quejas somáticas, ansiedad de muerte y, en algunos casos, necesidad de automutilación, adicciones y conductas autodestructivas. Además, en situaciones extremas pueden aparecer cuadros psicopatológicos que estaban encubiertos o encapsulados.


Las personas que han estado cerca del accidente o desastre, también sufren sensaciones de tensión, sentimientos de susto, escepticismo, ansiedad, miedo, pesar, enojo, resentimiento, vergüenza, entre otras, así como pérdida de memoria, recuerdos no deseados o imaginería repetitiva. En lo físico, aparecen síntomas tales como: tensión, fatiga, nerviosidad, alteraciones del sueño, pesadillas, naúseas, dolores de espalda, cambios en el apetito y del interés sexual, hiperfagia (apetito aumentado en exceso), desconfianza, irritabilidad, dependencia, aislamiento, inseguridad, sentimientos de rechazo o abandono, hipervigilancia, etc.


Es importante atender este tipo de sucesos en el ámbito laboral, ya que durante un tiempo variable de semanas o meses, el accidentado bajará su rendimiento laboral y sus relaciones interpersonales pueden también verse afectadas. En ciertos casos puede ser útil un cambio temporal del puesto de trabajo y acompañamiento de los trabajadores cercanos a él. Es por ello, que siempre el que sufre un TEPT, debe ser remitido a un terapeuta que aborde la problemática considerando las diferentes variables, para que pueda superar la sintomatología y recuperar su bienestar personal, laboral y familiar. Las empresas deben preocuparse de brindarle apoyo a las personas que han sufrido Estrés Traumático. Para ello, es conveniente la participación de un Psicólogo para atender estas necesidades que son pertinentes a su área de formación.

Entonces, primera condición: debemos hacer intervenciones conductuales para la seguridad en una empresa donde se han presentado hechos de ésta índole. Y sobre todo, debemos estar seguros que esa persona no vuelva a exponerse nuevamente a situaciones que sean potencialmente peligrosas, tanto propias como ajenas. Ya que la existencia de estresores laborales puede condicionar su retorno/no retorno al trabajo.




¡Debemos centrarnos en la prevención y previsión de accidentes!

La relación entre ambas consta en educar sobre un riesgo posible y la forma de evitarlo con las modificaciones del entorno y control del ambiente, generando una conciencia comunitaria de la importancia de su implementación y de su impacto en la prevención de un riesgo potencial.

 
 
 

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